Que no todo está en nuestras manos es una realidad difícil de reflexionar, comprender y aceptar en una cultura y sociedad en la que el peso del bienestar
personal recae por completo en los hombros de cada quien. Desde todos los
ángulos llega el mensaje de que solo te afecta lo que dejas que te afecte, o peor aún y de forma más explícita: tu salud mental depende completamente de ti.
Y lo interiorizamos: hacemos nuestro ese mensaje y empezamos a actuar conforme a esa idea. Como todo depende de cada quien y de la voluntad propia, se inicia un camino de sobreesfuerzos para evitar lo inevitable. Mientras tanto, al mismo tiempo la inflación aumenta y con él el costo de vida, y hay jefes con tratos inhumanos, y continúan las masacres, y hay padres y madres que violentan o que abandonan, y los robos y acosos no cesan, y hay ideologías estigmatizantes e irrespeto a los derechos humanos, y hay antecedentes familiares de trastornos mentales, y el
acceso a servicios de salud de calidad sigue siendo para unos pocos…y entre otras situaciones externas que suceden en la cotidianidad colombiana.
Nos pasamos entonces la vida en esos sobreesfuerzos y notamos que realmente nada cambia y el malestar persiste. Y como el malestar continúa, inicia la culpa y los autorreproches: ¿ qué estoy haciendo mal? ¿Qué hice para sentirme triste?¿por qué me dejé afectar por esto? por mi culpa no estoy bien, no soy capaz ni con migo mismo. Y así sucesivamente, en un bucle interminable de autorreproches.
Entonces, es necesario ser conscientes de que la salud mental depende de condiciones que se generan a partir de factores biológicos, individuales, sociales, económicos, políticos y ambientales. No se debe exclusivamente a la voluntad y comportamientos de cada persona. Hay una influencia directa o indirecta de múltiples factores.
Ahora bien, tener claro que hay factores externos que influyen en mi bienestar no me exime de hacerme cargo de mí mismo y ser responsable de la existencia propia. Así que, hacer un análisis de esas condiciones y mantener una postura crítica ante ellas es necesario y es una acción responsable para resistir a lo que me afecta.
Por otro lado, cuando se logra identificar que hay factores que definitivamente no está en manos propias el enfoque cambia: claro que te pueden afectar, pero ahora el desgaste en modificar lo inmodificable se evitará al concentrarse en trabajar en aspectos que ayuden a aminorar el malestar generado por aquellas condiciones.
Hay claridad sobre lo que no depende de mí, y al mismo tiempo me hago
responsable de mí mismo. Es por eso que, como decía Sartre, “somos lo que hacemos con lo que hicieron de nosotros”.
En ese hacerse responsable aparece otro mandato social muy característico de nuestra cultura: solo puedes con todo. Y la realidad es que no, que hay situaciones de la vida que nos sobrepasan porque no contamos con las herramientas necesarias para vivenciarlas. En estos momentos, identificar que la ayuda es necesaria será vital para lograr caminar hacia el bienestar emocional, construyendo así salud mental.
Ahora, delimitándolo al día a día del emprendedor, vale la pena hacerse
constantemente algunas preguntas: ¿ qué de lo que sucede en el día en mi
negocio depende de mí? ¿de qué puedo hacerme cargo? ¿ qué definitivamente no está en mis manos modificar? ¿Qué está afuera de mi control? ¿En quién o qué me puedo apoyar para solucionar situaciones o potenciar mi emprendimiento?
La filosofía de Sartre sobre la responsabilidad también tiene una aplicabilidad en el ámbito motivacional del emprendimiento. El asumir la responsabilidad de forma individual y consciente es fundamental para impulsar un cambio en la vida del emprendedor. Al ser conscientes de su propia responsabilidad y de la capacidad que tienen como empresarios para contribuir al progreso y el bienestar, en donde pueden encontrar el impulso necesario para crear soluciones innovadoras y ser verdaderos agentes de cambio. Esto implica que la responsabilidad es una herramienta motivadora que lleva a los emprendedores a un nivel más elevado en su desempeño y en la consecución de sus objetivos de negocio. Por lo tanto, para tener éxito en el emprendimiento, es necesario asumir la responsabilidad personal, convirtiéndola en una necesidad motivadora.
En conclusión, hay situaciones que se alejan del control personal y que nos
afectan, y entender que es así servirá para focalizar las acciones y el trabajo de solución y fortalecimiento de la vida personal y del negocio.
Creado por: Ilimani Ossa (psykhe)